lunes, 22 de diciembre de 2008

Fiesta de fin de año

Dos días y medio en un complejo de Capilla del Monte me sirvieron para:
+ conocerle la cara a varias personas con las que chateo todos los días
+ ganarme una semana extra de vacaciones
+ ligar un par de moretones que justifiquen la visible presencia de un chuponcito inocentón
+ descubrir que soy buena en la ballesta
+ perderle el miedo a la tirolesa
+ dar pena al ping pong y al metegol
+ entrar en pánico por creer que había perdido el celular
+ aparecer en un videito bailando sola cuando nadie más lo hacía, como siempre
+ confirmar, una vez más, que porteños y cordobeses no tenemos nada que ver, por suerte

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