Lo sabía. Lo había dicho hace tiempo. Sabía que no iba a ser yo la que lo decidiera. Por razones distintas a las que supuse, sí, pero al final pasó.
Con quererse debería alcanzar, pienso, pero supongo que eso sólo funciona para la gente simple. No somos simples.
El mate, el casco, el cepillo de dientes que falta, tu lado de la cama, el toallón azul, el maldito libro de título premonitorio, Silvio, el jazz, las pelis de Allen, los domingos, hoy todo duele.
miércoles, 11 de febrero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario