
De esas saladitas hablo. De esas que te van surcando las mejillas hasta suicidarse de un salto llegando al mentón.
De esas que brotan, según el día, de a poquito o a borbotones, atropellándose unas con otras hasta contagiar al cuerpo de espasmos discontinuados.
Hoy tocó a borbotones, y así se van intercalando mientras yo o las circunstancias las invoquemos.
Ojalá pronto se cansen de atender al llamado, o se sequen, o las pueda dejar de llamar.
3 comentarios:
Me gusta mucho este blog, cada semana estoy atenta para ver si subís contenido nuevo.
Muchas gracias.
Acabo de descubrir vuestro blog y me encanta!!!! gracias por compartirlo con nosotros.
Información muy útil, era justo lo que estaba buscando, muchas gracias por compartirlo con nosotros. Un abrazo
Publicar un comentario