Todavía me quedan.
De esas saladitas hablo. De esas que te van surcando las mejillas hasta suicidarse de un salto llegando al mentón.
De esas que brotan, según el día, de a poquito o a borbotones, atropellándose unas con otras hasta contagiar al cuerpo de espasmos discontinuados.
Hoy tocó a borbotones, y así se van intercalando mientras yo o las circunstancias las invoquemos.
Ojalá pronto se cansen de atender al llamado, o se sequen, o las pueda dejar de llamar.
jueves, 2 de abril de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
3 comentarios:
Me gusta mucho este blog, cada semana estoy atenta para ver si subís contenido nuevo.
Muchas gracias.
Acabo de descubrir vuestro blog y me encanta!!!! gracias por compartirlo con nosotros.
Información muy útil, era justo lo que estaba buscando, muchas gracias por compartirlo con nosotros. Un abrazo
Publicar un comentario