Encendió su pipa, se acomodó en su sillón favorito, abrió el libro en la página que indicaba el señalador y se quedó ahí un rato, aparentemente inmerso en la lectura. Un par de páginas después, sin levantar la vista, sonrió sagazmente.
- ¿Te vas a quedar mucho tiempo más ahí mirando?
- Perdón. No te quise interrumpir. ¿Cómo sabías que estaba?
- Olí tu sombra. Alcanzame el bastón que voy a salir. Se me acabó el tabaco.
- ¿Vas a ir en bata?
- Sí. ¿Por? ¿No me combina?
miércoles, 28 de abril de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
*Le alcanza un bicho*
Qué genial, esa foto y ese texto me hizo flashear. Te seguiré porque yo también soy rara.
Bienvenida, Disenchanted.
Rico el bicho.
Publicar un comentario