viernes, 13 de mayo de 2011

No tan biutiful

Hace unos días vi la última peli de Iñárritu, con el gran Javier Bardem. Prometedora dupla, pero no.
No sé si fue porque la vi con demasiado sueño, pero no me llegó, no me conmovió, no me movió un pelo. Demasiadas historias contadas al mismo tiempo. El tipo enfermo, los hijos, la ex mujer, el hermano, los muertos que le hablan, los africanos, los chinos, el padre. Me perdí. Apenas pude atar algunos hilos entre tanta mezcla.
El ritmo fue otro punto en contra. Abundan las escenas que no aportan absolutamente nada y hacen a la peli innecesariamente larga. No es una lentitud que te lleva a algo, que te mete en un clima. Es lentitud a secas.
Tampoco ayudó, no sé si porque la versión que vi era mala o por decisión del director, la superposición de música y diálogos en muchas de las escenas. El hermano hablando por teléfono en la cama o el encuentro de él y Uxbal en el boliche, por poner un par de ejemplos. Enzima que la pronunziazión de la ze y la eshe nosh dificulta la comprenshión, menosh entiendo shi me shubeshs la múshica, joder!
Y, finalmente, no me cerró la actuación de Maricel Álvarez, la ex. Probablemente tenga mucho que ver que ya había visto una entrevista y la mina me cayó pésimo. Se me hizo soberbia, no por lo que decía sino por el modo en que lo hacía. Además, sabiendo que es argentina, pude detectar las pifiadas en la impostación del acento.
Yo la hubiera hecho en media hora, diría una amiga sobre Picado Fino. Veanla. Y también La Antena, del mismo director y con el groso de Urdapilleta.

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