lunes, 12 de diciembre de 2011

Pasame un tissue

Hoy un compañero de la oficina contaba que el día que se casó fue uno de los peores de su vida, que nunca había estado tan nervioso ni había transpirado tanto. "Pasa que todo el mundo lo toma como una puesta en escena para los demás, cuando en realidad deberían relajarse, disfrutar y compartirlo con un montón de gente que está porque se supone que los quiere bien" le dije. Y ahí entendí que para mucha gente es la primera vez en su vida que se encuentran con tantas miradas apuntadas hacia ellos.
No es por hacerme la canchera ni nada, pero para mí es algo que, si bien me da nervios, no me quita el sueño y mucho menos me paraliza porque lo empecé a vivir de chica.
De 5to a 7mo grado fui la presentadora de todos los actos de la escuela. A veces pienso que los otros chicos se deben haber hartado de ver siempre la misma cara. Y de más chica cantaba en el coro, ahí más protegidita, aunque hubiera matado por ser una de las tres solistas que en lugar de moñito azul usaban uno rojo. Las envidiaba desde lo más profundo de mi corazón.
En la secundaria me tomé un receso. Ni siquiera estuve en la bandera porque los preferidos de la Directora eran los del otro curso. Salvo en un par de justas del saber, no estuve demasiado expuesta.
En la facu arranqué con teatro, y ahí terminé de eliminar de mi ADN cualquier potencial vestigio de pánico escénico. Eso fue en el 96, así que calculen.
Por todo ese bagaje, se me hace raro imaginarse sudando la gota gorda al ritmo del tannn tannn tantán (léase con tono de marcha nupcial). Al contrario, si lo pienso se me ocurre bastante descontracturado todo el asunto.
Igual, falta tanto, si es que alguna vez sucede, que tengo tiempo de cambiar de opinión como 84 veces.

2 comentarios:

Beatrice Portinari dijo...

Yo tampoco conozco el miedo escénico pero sí el terror al vacío, a quedarme en blanco, o a defraudar.
Paradójicamente, he descubierto que cuando doy gatillazo es cuando mejor me consideran, quizás porque casi siempre encuentro una salida inesperada (a veces demencial) a la situación.

"dar gatillazo" = fallar en el momento clave.

Un Poco Rara dijo...

Qué bueno tener esa habilidad de "dar gatillazo" (gracias por la aclaración) y pegar el volantazo para salir ileso. A veces me ha pasado. A veces...

"pegar el volantazo" = cambiar de dirección repentinamente (por el volante del auto)