jueves, 2 de julio de 2009

Miércoles de mier...cole

Último día de clases antes de las vacaciones. Se había acordado la entrega de libretas y una charla de devolución de parte de las seño a modo de cierre de esta primera etapa.
Decepción 1:
No entregué libretas porque no uso, ni me pude explayar en mi charla porque me fue un solo alumno. Me queda pendiente para la vuelta, en 3 semanas.
Decepción 2:
De otro alumno supe que se había quedado sin trabajo hace un tiempo y le salió una oportunidad en el interior, así que se va. Me puso mal la noticia. Me alegro por él, con lo difícil que está enganchar un trabajo ahora, pero también me da pena porque, siendo el que más dificultades de aprendizaje tenía, era el más voluntarioso. O sea, una maderita balsa, mi vida, pero con una voluntad de hierro. Me preocupa que no tenga manera de seguir estudiando, que pierda los conocimientos que con tanto esfuerzo pudo atesorar hasta ahora, que no encuentre qué hacer con esas ganas de valerse por sí mismo y de salir adelante. Ojalá encuentre, ojalá que sí.
Decepción 3:
Habían llegado las cajas del PAICOR para entregarle a los alumnos. Ni a palos cubren las necesidades de alimentación de una familia en 1 mes pero al menos evitan que alguna madre, como le pasó a mi alumna, tenga que salir a pedirle leche a una vecina para dársela con harina como cena a sus hijos. Por el frío, por la gripe, porque no iba a haber clases, por complicaciones con el trabajo o vaya a saber por qué varios alumnos faltaron. La Dire terminó ofreciendome una caja porque sobraban y si pide menos no le mandan más. ¿Cómo aceptarla conociendo esa realidad? ¿Cómo, si cuando mi heladera está vacía y no tengo un mango simplemente voy al super y tarjeteo? ¿Cómo, sabiendo que la propia Dire gana menos que yo y está sola con 5 chicos y uno en camino? Pensaba en esa madre y en esas cajas apiladas. ¿Por qué faltó? Mierda!

2 comentarios:

Iván dijo...

viste que cosa andre! sistema injusto! mientras tanto los políticos gastando millones en afiches! ay ay ay... como duele este país!

Un Poco Rara dijo...

Cierto. Cómo duele este país y cómo duelen las pocas perspectivas de cambio no? Viene como podrido de raíz ya.