Dieta
Aquel rey no era tan poderoso como decían. Ni tan temible, ni tan feroz. De haberlo sido hubiera conseguido que alguno de sus plebeyos hiciera el trabajo por él. Pero no. La vagancia terminó por convertir al melenudo felino en un inesperado festín carroñero.
[Pereza]
7 comentarios:
Lo prometido es deuda:
En Rusia, además del nombre propio y apellido, al nacer cada quién recibe un patronímico. Por ejemplo, si mi padre se llamara Sergei Mijail Ivanov, yo debería llamarme Juan Mijálovich Ivanov. Ahora bien, mi hermana, de haber tenido el mismo padre y, por supuesto, de haber nacido en Rusia, se llamaría Juana Mijailovna Ivanova. Nótese: no se llamaría como mi padre y yo, Ivanov, sino Ivanova. Eso explica la proverbial ausencia del apellido Perez en Rusia. Es sabido que en Rusia no se toleran los vicios, y de haber una mujer hija de un Perez, se apellidaría Pereza, lo que justificaría redondamente que la enviasen a los campos de trabajo forzado en Siberia, porque, como todos bien saben, la Pereza es la madre de todos los vicios.
perecerán los perezosos en su pereza
Griego: lindo. Pobre srita. Pereza. Qué destino!
PM: pero es taaaaan linda!!!
Hola "Un poco rara",
Llegué hasta acá cuando leí tu microrrelato "El especialista" en el blog del escritor errante. Quería darte mi humilde opinión y la verdad es que escribís muy bien, sos ocurrente y las palabras te salen frescas.
De todos los micro que leí (mas de 100, por el momento creo que el tuyo es el mejor).
Te cuento que yo voy a tratar de concursar pero me cuesta porque nunca escribí microrrelatos, generalmente escribo cuentos.
Bueno, te dejo, seguí escribiendo
Saludos
Hola Emil. Muchas gracias por tu comentario! Lo de la frescura viene de que jamás pasé por un taller de literatura, sino que escribo como hablo. Y la ocurrencia se la debo a mis espaciados lapsus de inspiración.
Yo no escribía nada hasta descurbrir el formato del microrrelato, que me parece genial. Animate, que si ya venías escribiendo no te va a costar nada.
Saludos.
Yo creo que la frescura es atrinbuíble al fenómeno climático anacrónico reinante en tu espacio vital. O sea: baja el aire acondicionado, che.
Jas-jas-jas. Ojalá tuviera aire acondicionado en casa!
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