Se acercó despacio. "¿Estás sola?"
"Sí" le respondí extrañada. Hacía tiempo que no escuchaba esa pregunta.
De a poco nos fuimos soltando y, de perfectos extraños, pasamos a atravesar un torbellino de emociones.
Eso es lo mágico de la improvisación.
Las risas y aplausos de los compañeros le dieron un perfecto cierre.
miércoles, 3 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
aWWW
Qué tierno!
Qué tierno? Me perdí.
Era una improvisación en el taller de teatro.
A mi me molesta un toque cuando me preguntan eso jajaj.. más jodida era.
Jajaja. Pobre pibe, no lo dejás ni arrancar!
muy lindo! te sigo, la pregunta estas sola no me gusta mucho, prefiero qe se tire a la piscina! jaja aunque despues se ligue unas piñas..
Todo depende del modo y de la situación creo.
Bienvenida!
Che, aclaro que fue una improvisación en la clase de teatro. Por eso la etiqueta "teatrales". Hay que leer TODO!
Porque veo que lo están entendiendo por el lado del levante y sí, era la primera intención, aunque se me fue un poco la mano parece, jaja.
Publicar un comentario