Una conocida contaba una vez que guardaba papeles de caramelo en el cajón de la mesita de luz. Cuando quería tener sexo con el marido, los sacaba y hacía ruido. Si desde la otra habitación los hijos preguntaban "¿¡Qué están comiendo!?" sabían que tenían que esperar o jugarla de calladitos.
Algunos tienen hijos, otros tenemos vecinos pegados en todas las direcciones.
Como ven, con tener un lugar no siempre alcanza.
viernes, 11 de febrero de 2011
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5 comentarios:
Jajajaja eso me hace acordar a un video que vi que dice que para "amar" hace falta privacidad y no hay privacidad casi nunca!
es una buena tecnica... por ahi tambien funciona con los vecinos..
SantitAh: casi nunca es una exageración che, salvo que vivás debajo de un puente
Ezequiel: los vecinos que se compren sus propios caramelos!! :P
Naaa, hace todo el ruido junto y que mueran de envidia jajajaa
Jajaja. A veces me veo tentada, sí. y por ahí, hasta me dejo tentar ;)
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