miércoles, 11 de mayo de 2011

Los bancos odian a la gente, y aman demostrarlo

En el banco donde saqué el préstamo me habían dicho que la plata estaría disponible en los siguientes 10 a 15 días. Estamos en el día 16 y todavía no pasa nada.
Llamo al teléfono de la sucursal. Marco la opción de atención al cliente. Me tienen esperando un buen rato hasta que una voz grabada medio me increpa con un contundente "Hizo una selección incorrecta". Violentísimo, porque marqué bien, sin hablar de la incorrección semántica. Insisto en llamar. Insisten en no atender.
Me ganan. Busco comunicarme por otro medio. En la web hay un formulario para enviar mensajes. No funciona en Firefox. Después de completar todos mis datos me doy con que el campo del mensaje no admite más de unos pocos caracteres. Experta ya en lidiar con la poca visión marketinera de los desarrolladores web de los bancos, me mudo a IE. Vuelvo a completar todos mis datos y puedo escribir el mensaje tan largo como me parece. Lo envío, pero no aparece ninguna confirmación, nada. El formulario sigue ahí, con todos los datos cargados. De puro jodida, vuelvo a clickear el botón de envío. Si les llegó, tomen otro, y otro, y uno más. Y ahí va el último, sólo porque no estoy segura de si habrán recibido los 6 ó 7 anteriores.
O me responden o me mandan al SEVEN, de puro jodidos.

2 comentarios:

Carolina Bugnone dijo...

genial, genial, rara. odiemos a los bancos tanto como ellos a nosotros! salut!

Un Poco Rara dijo...

Sí. El problema es que son un mal necesario. Maldito sistema capitalista.