Que el cliente esté contento con tu trabajo no es algo tan bueno en todos los casos. Sobre todo si su forma de trabajar es bastante desorganizada y tiene por costumbre pedirte que hagás YA algo que todavía no tiene claro cómo hacer, ni cuándo, ni para qué.
Y así es como terminás siempre empernada, resolviendo cosas de la galera, mientras tus co-equipers pasan de un proyecto a otro, aprenden, usan herramientas nuevas y, sobre todo, no se aburren, sólo porque no usan galera.
jueves, 19 de mayo de 2011
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