Conozco a un sujeto por web. Pinta bien. Nos encontramos. La pintura destiñe como loca.
No quedamos en nada. Viajo unos días. Vuelvo y no hay más contacto. "Bien", pienso. Me ahorré una despedida falsamente cordial.
Pasa un mes. Viernes a la noche. SMS de número desconocido: "Cómo estás? Te perdiste? Estamos a tiempo del café?". Pregunto quién es. El sujeto se identifica. Respondo: "Ah. Cómo estás? Pensé que no daba para más. Buscamos cosas bastante diferentes me parece". Cri... cri... cri...
Obvio que no le dije nada de que no llamó más porque iba a sonar a reclamo y el flaco no me podría importar menos. Además, después de un mes, me suena a que fue apenas un manotón de ahogado.
Sigo participando. En alguna parte debe andar.
lunes, 7 de mayo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
2 comentarios:
Las historias fallidas de mujeres inspiran a otras a contar la suya...
Contemos estas historias, para que los pelotudos no se sientan que son los únicos.
http://ush-k.blogspot.com.ar/2012/05/claro-como-el-agua.html
Eso, contemos, pero con torta y helado.
Publicar un comentario