Juliette conflictuada y un caballo moribundo

Finalmente, después de un montón de vueltas, logré ver Elles. Tenía muchas ganas porque es francesa y porque tiene a la bella y genial Juliette Binoche como protagonista. No me venía perdiendo de gran cosa.
La historia habla de una periodista que escribe un artículo sobre estudiantes que trabajan como prostitutas, pero se queda a mitad de camino. Abundan escenas que no dicen nada (y no me refiero a las de sexo explícito), de ritmo innecesariamente lento, y otras que insinúan conflictos vinculares pero muy vagamente. Se plantea un mundo de conflictos y ninguno llega a explotar. Tampoco me cierra mucho la dirección, particularmente en la escena donde comen tallarines o la de la cena con el jefe del marido de ella.
En una escala de 5 estrellitas le daría 3.

La que también vi, y más que una película lenta y aburrida es directamente una hijaputez, es El caballo de Turín.
Ni el título ni la sinopsis me llamaban demasiado la atención, pero decidí verla porque era parte del combo. Error. Con cada vez menor frecuencia me cuestionaba el hecho de estar durmiéndome en la butaca pudiendo salir cómodamente, ya que estaba en el extremo de la fila más cercana a la puerta. Sólo me retenía la curiosidad por ver si en algún momento iba a pasar algo remotamente trascendente que justificara mi tolerancia a tamaño bodrio. Nunca pasó.
Sí rescato el arte, que junto con una muy buena música crean el notoriamente buscado clima de hastío que prevalece en cada escena a lo largo de los 146 minutos más largos de mi vida.
En la misma escala de estrellitas, esta se lleva 2 sólo por el arte.