Se vienen cambios. Todo apunta a eso. Varios caminos posibles, todavía verdes. Alguno se va a tener que dar.
Mientras, está bueno tener orejas amigas. Orejas que, además de oir, acompañan, abrazan.
Cuesta esperar, cuesta manejar la ansiedad, y cuesta domesticar el miedo que aparece ante tanta incertidumbre. Pero vamos bien. Los planetas se están acomodando. Sólo hay que tener paciencia.
miércoles, 24 de abril de 2013
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Suerte con eso...si son varios los cambios posibles, ALGUNO va a pasar a un plano real...
Gracias. Sí, alguno se va a dar. Estoy en eso :)
Cuando haya algo firme cuento. Por ahora, mejor no.
Para mi es un ejercicio. Eso, acostumbrarse a cambiar (que no es lo mismo que acostumbrarse a los cambios) es un ejercicio, mientras vas viendo que sos vos la que los elegís, mientas vas viendo que ninguno conducirá al apocalipsis, mientras notás que cada vez la ansiedad es menos, con cada cambio, porque el cuerpo va aprendiendo.
A los que más cuesta domesticar son los miedos, esos se esconden como gurí chico a la hora del baño, una termina pensando que ya no están y zas, aparecen para darte trabajo otra vez. A mi por ahora dan solo eso: trabajo, como todo ejercicio.
¡salú!
Lucía
Seguro que los cambios los decide uno, pero hay cambiecitos y cambiezotes. Y los miedos son proporcionales.
Ahora estoy ante uno de los grandes, dependiendo de otros y no sólo de mí, tratando de regular ansiedades. Veremos...
Publicar un comentario