Qué triste la gente que no cambia, que no evoluciona.
Pasaron varios años desde que terminamos el colegio. A alguien se le ocurre hacer una convocatoria como para ponernos al día de qué van nuestras vidas. Y varios deciden no asistir porque ese que convoca no era de los "populares". Todo, obviamente, entre murmullos. No es cuestión de andar haciéndose cargo de lo que uno piensa.
Lo ridículo es que no recuerdo que en aquella época estuviera tan marcada esa diferencia. No al menos en el sentido de "populares y perdedores", sino que era más una cuestión de perfiles más altos o bajos en función de la participación de cada uno en puteríos de adolescentes.
Pasaron los años y hay quienes siguen midiendo a los demás con los mismos parámetros, quizás como una forma de evitar mirarse en el espejo y descubrir sus propias miseras y fracasos. Se instalan en esa supuesta superioridad (?) como queriendo atesorar ese pedacito de la historia en el que tenían tantos objetivos por cumplir y tanto tiempo para hacerlo, mientras la realidad habla de carreras frustadas, trabajos mediocres, divorcios conflictivos, relaciones esporádicas e hijos que les demandan una madurez que no tienen.
"Fulanito sabrá que ahora soy flaca?"
Muy patético todo.
miércoles, 6 de febrero de 2013
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6 comentarios:
Terminar el colegio y que lo que haya quedado sea eso...Prueba viviente de la decadencia del sistema educativo argentino.
No, la imbecilidad no es culpa del sistema educativo. No le pidamos tanto.
Como los que siguen hablando de peronistas y gorilas, o de cipayos y traidores...
Saludos
J.
Ay esos!!! Vuelvan a los 70s, montos!!!
la "flaquez" hoy es un mérito gigante... así estamos...
igual peor es ser gordo je... salu2
Flaquez de neuronas tienen.
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